Cerca de mil 300 árboles serán plantados en nueve haciendas productoras de caña ubicadas en las zonas de amortiguamiento de las lagunas El Jocotal y Olomega para la reforestación del bosque a orillas del río Grande de San Miguel y disminuir el riesgo de azolvamiento de estos cuerpos de agua.
Cedro, laurel, ojushte, leucaena, mulato y carreto son algunas de las especies que se incluyen en este proceso de reforestación, que es parte del programa de Promoción de buenas prácticas agrícolas del cultivo de la caña de azúcar que impulsamos desde el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales (MARN) con apoyo de la Agencia de Cooperación Internacional del Japón (JICA), en el marco del proyecto Manejo Integral de Humedales.
Los árboles fueron donados por el vivero Chilanguera de Grupo CASSA y, para determinar los más adecuados, realizamos un estudio previo en el que identificamos las especies presentes en el bosque de galería del río Grande de San Miguel. Además, junto a Fundazucar, capacitamos a los productores de caña sobre la importancia de este tipo de ecosistema, por su papel en la reducción del azolvamiento y porque en sus raíces retienen residuos de agroquímicos y fertilizantes que pueden contaminar el agua.
Actualmente, el sector azucarero está en un proceso de transformación hacia una agricultura sostenible y este tipo de prácticas son evidencias del compromiso de los productores de caña de azúcar por una producción sostenible de la mano de la conservación del medio ambiente.
En la actividad, que inició ayer y finalizará la próxima semana, participan además del sector azucarero, nuestros guardarrecursos, tomando las medidas de protección y distanciamiento social adecuadas.