Las montañas destacan en los paisajes más espectaculares alrededor del mundo. Su topografía única, zonas climáticas comprimidas y aislamiento han creado las condiciones para convertirlas en ecosistemas ricos en biodiversidad, con gran diversidad de especies de fauna y flora, muchas de las cuales son endémicas.
Otra de las oportunidades que ofrecen las montañas, por sus características diferenciadas en términos de altitud, pendiente y exposición, es en relación con los cultivos, la horticultura, el ganado y especies forestales.
La gestión sostenible de la biodiversidad en las montañas se reconoce cada vez más como una prioridad mundial. Así lo destaca la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en un comunicado, donde también refiere que la meta cuatro del Objetivo de Desarrollo Sostenible 15 corresponde a la conservación de la biodiversidad en las montañas considerando su importancia global.
“La biodiversidad está actualmente en primer plano como se evidencia con la declaratoria de la década del 2021 al 2030 como la Década de las Naciones Unidas para la Restauración de Ecosistemas y con la negociación, por parte de los gobiernos, del Marco mundial de la diversidad biológica posterior a 2020 que se adoptará este año en la 15ª reunión de la Conferencia de las Partes (COP 15) del Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB)”, detalla la publicación.
La conservación de las montañas es clave, ya que albergan el 15% de la población mundial y aproximadamente la mitad de la reserva de la diversidad biológica del mundo. Además, suministran agua dulce para más de la mitad de la humanidad, según datos de la ONU.
El cambio climático, las prácticas agrícolas insostenibles, la minería industrial, la tala y la caza furtiva tienen un alto costo para la biodiversidad de las montañas. Además, los cambios en el uso y cobertura del suelo así como los desastres naturales, pueden acelerar la pérdida de biodiversidad y contribuir a crear entornos frágiles para las comunidades de montaña.
La degradación de los ecosistemas, la pérdida de los medios de vida y la migración de las poblaciones que viven en las montañas, pueden conducir al abandono de las prácticas culturales y las tradiciones que han mantenido la biodiversidad de las montañas durante generaciones.
Otro de los problemas que enfrentan es que a medida que los glaciares de montaña se derriten, los habitantes de las alturas – entre los más pobres del mundo- afrontan mayores dificultades para sobrevivir a causa de los desastres naturales. Además de que este derretimiento va a una velocidad sin precedentes y amenaza el suministro de agua dulce de millones de personas.
Por ello, enfatiza la ONU, es necesario “reducir la huella de carbono y cuidar este tesoro natural”.
¿Sabías que…?