Las ballenas jorobadas permanecen en el Pacífico centroamericano entre los meses de noviembre a marzo de cada año. Una de las zonas con mayor afluencia de turistas ansiosos por observar y fotografiar a estos mamíferos marinos es el Área Natural Protegida y sitio Ramsar Complejo Los Cóbanos, en Acajutla, Sonsonate.
Karen Cáceres, una de nuestras guardarrecursos, explicó que “realizamos patrullajes de vigilancia dentro del área natural protegida y hemos capacitado a un grupo de turoperadores locales y guías de turismo de la zona, que son los que están autorizados para los recorridos de avistamiento de cetáceos bajo los protocolos del MARN y, como estamos en pandemia, también se deben de cumplir otros protocolos de bioseguridad”.
Omni Pineda es pescador artesanal de la zona y, en estos meses, realiza recorridos de avistamiento responsable de ballenas para los turistas.
“El turismo visita bastante nuestra playa. A veces el turista se enoja, porque no nos acercamos a las ballenas o porque no vamos más rápido y la quieren seguir, pero se le explica el protocolo que nos ha dado el Ministerio de Medio Ambiente”, detalló.
Previo al recorrido, el capitán de la lancha y el guía a bordo dan una introducción sobre las características generales del área, pronóstico atmosférico, ruta programada de observación, tiempo de duración de la actividad, datos generales sobre las especies posibles a observar y su comportamiento, protocolos de seguridad, lineamientos de conducta y medidas de bioseguridad, entre otra información.
La tripulación debe contar con su chaleco salvavidas y utilizarlo todo el tiempo que dure la navegación.
Durante la actividad de avistamiento, solo puede estar un máximo de dos embarcaciones a la vez y no se debe sobrepasar los 30 minutos de observación de la especie o grupo de cetáceos. Tampoco se les debe perseguir si estos se alejan de la embarcación.
Nunca hay que interferir su trayectoria y jamás interponerse entre una madre y su cría.
Los coletazos fuertes en el agua son evidencia de enojo y el nado evasivo, los cambios bruscos de dirección o velocidad, las inmersiones prolongadas y alejamiento de la embarcación son señales que indican que hay que alejarse a baja velocidad.
El contacto directo con cetáceos u otros mamíferos marinos está prohibido: nadar, bucear con snorkel o con equipo o sistema autónomo y cualquier otra actividad que implique interactuar con los animales en su hábitat.
Siempre se debe respetar la distancia mínima de acercamiento de 100 metros y 200 metros con cría, establecida en el “Manual de avistamiento responsable de cetáceos” emitido por el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales (MARN).
Este manual también lo hemos compartido con las municipalidades, Ministerio de Turismo y hoteles costeros. Todas estas prácticas fortalecen la gestión turística local que permite crear un turismo sustentable.