Lagos con reducciones importantes de calado, lagunas con afectación crítica por azolvamiento y otras que aún presentan estragos del último fenómeno de El Niño, son parte de los resultados preliminares de la medición que realizamos de los volúmenes de almacenamiento de agua en nueve lagos y lagunas del país. Esta es la primera vez que se realiza este tipo de estudio con el que buscamos desarrollar una mejor gestión integrada del recurso hídrico en el país.
El lago de Coatepeque, en Santa Ana, ha perdido siete metros de nivel en los últimos 40 años. En comparación con datos de las décadas de los 70 y 80, este lago pasó de medir 744 metros sobre el nivel del mar (msnm) en esa época a 737 msnm, de acuerdo con los registros cartográficos que se están generando con este estudio, que se conoce como batimetría.
Estragos del último fenómeno de El Niño todavía se pueden percibir en cuerpos de agua más vulnerables, como en la laguna de Cuzcachapa, en el departamento de Santa Ana, que ha perdido casi un tercio de profundidad. Antes tenía siete metros y hoy solo cinco. Esta es la de menor tamaño que medimos con el estudio.
Otra condición de deterioro constatada con las mediciones, es el nivel de invasión de ninfa en la laguna de Metapán, en Santa Ana, y las lagunas de Olomega y El Jocotal, en San Miguel. A medida que la ninfa se va arraigando al lecho, acumula sedimentos y genera pérdida de almacenamiento de agua.
Todos los lagos y las lagunas pierden su capacidad de almacenamiento con el tiempo; sin embargo, la ninfa acelera este proceso y en cuerpos de agua sin salida natural superficial, tiene más intensidad y mayores repercusiones, pues la planta no se puede evacuar del cuerpo de agua y cumple su ciclo de vida ahí, muriendo, sedimentándose y elevando el fondo del lago, por lo que almacena menos agua.
El lago de Ilopango (San Salvador) y las lagunas de Apastepeque (San Vicente), de Chanmico (La Libertad) y de Aramuaca (San Miguel) también fueron parte de este estudio de las profundidades de los cuerpos de agua, para determinar la topografía del fondo en lagos y lagunas del país que monitoreamos desde el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales (MARN).
En la actualidad continuamos con los análisis correspondientes con la información que levantamos en estos cuerpos de agua para que, en conjunto con las mediciones limnimétricas (registro del nivel respecto a una referencia fija a través de una escala), nos permitan conocer las variaciones volumétricas de agua a lo largo del tiempo y definir, a futuro, una línea base para su correcto aprovechamiento y protección.
Estos resultados preliminares se dan a conocer en el marco del Día Mundial del Agua, que tiene como lema “la valoración del agua”, para resaltar el valor ambiental, social y cultural que la población del planeta le da a este recurso vital y a su importancia para todos los seres vivos.
Realizamos esta medición con fondos provenientes del Fondo de Cooperación para Agua y Saneamiento (FCAS) de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID).
Batimetría es la ciencia que mide las profundidades en un cuerpo de agua para determinar la topografía del fondo.
Las mediciones son realizadas empleando una sonda acústica o ecosonda, para la medición de profundidades y un GPS, que asigna coordenadas a cada valor de profundidad registrado. Como resultado se obtienen puntos con coordenadas, que pueden ser utilizados para generar perfiles del fondo o mapas batimétricos. Los mapas representan la forma del fondo por medio de líneas de igual profundidad llamadas isobatas.
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