Diferentes áreas naturales protegidas de todo el territorio nacional están siendo preparadas por nuestros equipos técnicos y de guardarrecursos para ser reforestadas con la campaña “Árboles para El Salvador”. Esta campaña es un llamado a toda la población para restaurar las funciones ecosistémicas en nuestros boques.
El enfoque principal será en aquellas áreas que han sido dañadas por incendios forestales y zonas que son de beneficio para recarga hídrica. Por ello, como parte de las acciones previas a la plantación, identificamos zonas prioritarias, realizamos limpieza y preparación de terreno.
En el Área Natural Protegida Santa Águeda-El Zope, en Sonsonate, nuestros guardarrecursos han iniciado el proceso de ahoyado. Mientras que en el Área Natural Protegida Amayo y Santa Bárbara, ubicada en Chalatenango, con apoyo de la Fuerza Armada realizamos una jornada de reforestación.
Estas acciones se dan en el marco de esta campaña, con la que buscamos reforestar las diferentes áreas de conservación que tiene el país, con especies nativas que se han establecido en viveros distribuidos de forma estratégica a lo largo del territorio nacional.
Las zonas afectadas por los incendios se pueden recuperar. Es necesario limpiar el área, utilizar las especies correctas y el adecuado cuido y mantenimiento de estas plantaciones para recuperar las funciones ecosistémicas a largo plazo.
Los primeros años de la plantación son críticos para el proceso de adaptación de los árboles. Por ello, para cada zona, la selección de árboles se realiza a partir de criterios técnicos, como las condiciones de suelo, la elevación sobre el nivel del mar y las características de precipitación y temperatura de la zona.
Cuando un incendio forestal impacta un área, los ecosistemas presentes son dañados y degradados, entonces es necesario llevar a cabo todo un proceso de reforestación con el fin de reestablecer las funciones ecosistémicas, sobre todo la infiltración.
La reforestación ayuda, además, para que vuelvan las especies que han sido desplazadas por los incendios y, especialmente, contribuye a la recuperación de aquellas especies que están en peligro de extinción.
El otro beneficio de reforestar estas áreas es por el riesgo de amenaza por deslizamientos, ya que los suelos quedan degradados y son más proclives a la erosión.
De ahí que el ministro de Medio Ambiente y Recursos Naturales (MARN), Fernando López, ha enfatizado en reiteradas ocasiones en la necesidad de soluciones basadas en la naturaleza. “Nuestra situación actual nos hace un llamado a la protección y a la reactivación de los ecosistemas. Las soluciones basadas en la naturaleza ya no son una opción sino, más bien, una necesidad”, dijo recientemente en un evento internacional.
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