Las tortugas marinas están llegando a la costa salvadoreña para anidar, un proceso que realizan, casi siempre, durante la noche. Las playas arenosas con pendientes suaves son las ideales, aunque cada tortuga tiene su playa específica, justo en la que nació años atrás.
Nuestro equipo de guardarrecursos incrementa los monitoreos nocturnos, con recorridos de varios kilómetros para asegurar que la anidación de las 4 especies de tortugas marinas que visitan nuestra costa sea todo un éxito.
En una noche de suerte, es posible encontrar más de una de ellas saliendo del mar con rumbo a un sitio en la playa para excavar, con sus aletas traseras, un agujero profundo y ancho donde depositará los huevos. Según la especie, la cantidad de huevos varía entre 50 y 100, incluso algunas ponen más.
Este proceso demora varias horas, por lo que nuestro equipo de guardarrecursos espera pacientemente, sin alterar su proceso natural ni estresarlas. Al finalizar, los huevos son trasladados a un vivero autorizado y cercano, donde estarán protegidos de los depredadores y tendrán monitoreo permanente.
Pasados, aproximadamente, 50 días de incubación, los pequeños neonatos (crías de tortuga) emergen de la arena y se dirigen al mar, con la asistencia de los cuidadores en el vivero, para protegerlos de la amenaza de los depredadores y otros peligros en la playa.
De cada 100 neonatos solo uno sobrevive en el mar, por lo que es crucial que todos lleguen al océano. En cada temporada de anidación, ponemos nuestro empeño para garantizar mayor supervivencia de estos quelonios, gracias a las acciones que realizamos con Misión Océano, en el marco de nuestro Programa Nacional de Conservación de Tortugas Marinas.
El trabajo en la protección y conservación de las tortugas marinas es permanente. Con anticipación, preparamos los viveros para que estén listos para recibir los huevos recolectados, tanto por nuestro equipo de guardarrecursos, como por los tortugueros locales que se suman a esta importante labor.
La incubación de huevos en condiciones controladas forma parte de las actividades de conservación de estas especies marinas. La comunidad juega un rol esencial en esta misión, ya que conocen muy bien los territorios e identifican a las tortugas, incluso, con solo sentir un olor particular, con la participación de ellos logramos uno de los objetivos de nuestro programa, la sensibilización y educación ambiental.
La investigación y monitoreo de tortugas marinas y de los ecosistemas, que establece nuestro Programa Nacional de Conservación, ha permitido conocer que El Salvador es el segundo país más importante para la preservación de las tortugas marinas, se han registrado cuatro de las siete especies que existen en el mundo, golfina, carey, prieta y baule, todas estas anidan en nuestras playas.
En El Salvador es prohibido aprovechamiento de huevos, carne, grasa, aceite, sangre, huesos, especímenes disecados, caparazones, fragmentos y productos elaborados de caparazones de todas las especies de tortugas marinas, además, quien infrinja esta restricción puede ser encarcelado hasta por cinco años.
Entre las principales funciones ecosistémicas que realizan las tortugas marinas se puede mencionar que mantienen la salud de los lechos de pastos marinos y los arrecifes coralinos, además, benefician a especies con valor comercial, como el camarón, la langosta y el atún.
Nuestro Programa de Conservación de Tortugas Marinas busca encaminar acciones que fomenten la investigación y el monitoreo de la especie, también que mejoren la aplicación de la normativa existente, asimismo, elevar la calidad de vida de los pobladores de la zona costera, para que eliminen los patrones socioculturales que afectan la vida de las tortugas marinas y su ecosistema.
Etiquetas: Dirección General de Ecosistemas y Biodiversidad, Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales, Misión Océano, Programa Nacional de Conservación de Tortugas Marinas