La poca circulación de vehículos y humanos durante la cuarentena ha provocado que algunas especies silvestres deambulen en zona urbanas.
Un venado cola blanca y su cría fueron captados en video recorriendo una carretera en Santa Tecla. Otro venado fue visto de paseo en una residencial y una masacuata en un parqueo de San Jacinto, en San Salvador.
Esta semana, la clínica del Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales (MARN) recibió dos ardillas, una culebra, dos gatos zontos y alrededor de 15 zarigüeyas conocidas como tacuacines de estos últimos algunas procedían de San Jacinto y otras de la zona de la Zacamil, en Mejicanos. Una de ellas llevaba sobre su lomo ocho crías, como es común en su especie. Todos recibirán atención veterinaria y serán puestos en libertad muy pronto.
Así como en El Salvador, en diversas partes del mundo ha ocurrido este fenómeno. Algunas especies están aprovechando el silencio, poco común en las calles, para moverse por espacios que ahora propician un hábitat “tranquilo” para ellas.
Los animales silvestres son por naturaleza curiosos y quieren explorar esos nuevos territorios a los cuales no tienen acceso por la presencia de los seres humanos, que representan su mayor amenaza tanto por la cacería, la tenencia y el consumo.
Las especies silvestres pueden transmitir enfermedades a los humanos y causar daños a la salud. Por lo que lamentablemente esas “costumbres” de consumo propician el tipo de pandemia que afecta al mundo.
Es por ello que el MARN recomienda que si un animal silvestre aparece cerca de casa, es mejor mantener la distancia, no intentar alimentarlo, tocarlo o capturarlo.
El conocimiento, la sensibilización y las buenas prácticas ambientales son claves para poder convivir sin hacer daño a la fauna silvestre.