Señor/a presidente, excelencias, distinguidos delegados
Quisiéramos expresar inicialmente nuestro agradecimiento a Chile, al Reino de España y a la ciudad de Madrid por la magnífica hospitalidad y organización de esta trascendental conferencia de las partes, COP25.
Tal como lo dijo nuestro presidente Nayib Bukele en la Asamblea General de la ONU, el mundo ha cambiado, y la asamblea general sigue siendo la misma. Igual nos pasa acá, el mundo avanza, las nuevas tecnologías predominan, el cambio climático no se detiene y los formatos de estas asambleas siguen invariables, obsoletas.
Nuestros conciudadanos esperan de nosotros acciones, hechos, y es nuestro compromiso como servidores públicos actuar, no hablar. Es nuestro compromiso hacer que las decisiones tomadas acá sean del conocimiento público. Aprovechando las nuevas tecnologías para que así todos puedan participar de un tema que compete a todos.
Y, como se trata de hablar con el ejemplo, en apenas 6 meses de gobierno, hemos logrado, con un parlamento en contra, quitar los aranceles a la importación de vehículos eléctricos, lo que ayudará a reducir considerablemente las emisiones en nuestro país. De igual forma, somos suscriptores del convenio MARPOL de la Organización Marítima Internacional, mecanismo que regula la contaminación ocasionada por buques. Además, desde la presidencia pro tempore de CCAD, estamos promoviendo la integración de las políticas medioambientales de la región SICA, mediante iniciativas que buscan reducir la generación de Gases de Efecto Invernadero. Adicionalmente, hemos propuesto que las reuniones de ministros se realicen de manera virtual, ahorrando tiempo y recursos de los ciudadanos.
Todos conocemos la destrucción causada por efectos del cambio climático en el mundo, principalmente en los países más vulnerables, efectos que están manifestándose con mucha antelación a lo que había sido previsto por la ciencia.
Es importante que confiemos en la ciencia pero que también atendamos a los principios de la ética, sin los cuales los cursos de acción no solamente serían incoherentes, sino que también injustos. Por ello, aún a riesgo de resultar redundantes, debemos insistir en los principios de equidad y de responsabilidades comunes pero proporcionales. Recordemos que la convención nació basada en la ciencia, pero también fue edificada por la ética.
Es indispensable que evaluemos históricamente nuestras acciones y respuestas, porque la construcción del cambio climático ha sido y sigue siendo histórica, y no solo el resultado de ligerezas del momento o irresponsabilidades meramente coyunturales. Solo así, estaremos en condicione de juzgar el contenido ético de nuestras contribuciones al Acuerdo de París.
Cada una de nuestras naciones, sabe con qué es capaz de contribuir a la causa del enfrentamiento del cambio climático sin que eso signifique sacrificar su derecho al desarrollo sostenible y superación de la pobreza.
Seremos específicos en uno de los temas de agenda de negociación en esta COP, la revisión del Mecanismo Internacional de Varsovia para Pérdidas y Daños. Para estos migrantes centroamericanos, el Mecanismo de Varsovia no existe para socorrerlos en su miseria. Con ello quisiéramos poner en evidencia la crítica importancia y necesidad de fortalecer el mecanismo, con financiamiento nuevo y adicional y con un grupo especial de trabajo que concrete la ampliación de la acción y el apoyo que se esperaba de ese cuerpo de la Convención desde su creación hace seis años.
No es que la tragedia de estos migrantes la hayamos dejado desatendida. Además de los recursos públicos disponibles para desarrollar acciones de adaptación, con el apoyo de la cooperación internacional, a finales del año pasado se aprobó un financiamiento, que impulsará intervenciones de adaptación basada en ecosistemas de mayor escala en el corredor seco salvadoreño. Proyecto para el que el país estará aportando, de sus propios recursos, tres cuartas partes del valor de su monto.
Adicionalmente, nos complace informar que hemos realizado progresos sustantivos en implementar nuestras NDC originales, entre las que se ha avanzado con el 20% de la meta de restauración de tierras degradadas que nos propusiéramos para el 2030, con los consecuentes co-beneficios en mitigación asociados a ella.
Con lo anterior, evidenciamos el nivel de esfuerzo y ambición que el país está realizando para responder al desafío del cambio climático y atender a su población en mayor situación de vulnerabilidad. Pero, semejante esfuerzo no resultará sostenible en el tiempo ni calificaría como equitativo, de acuerdo a los principios y provisiones establecidos por la Convención marco.
El Salvador está cambiando. 4 de nuestros 6 meses de gobierno han sido los meses más seguros en décadas. Hemos pasado de ser un país catalogado por otras naciones como peligroso para visitar, a ser anfitriones de un mundial de Surf y Paddleboard el mes pasado, con la participación de 27 países, entre ellos España, Chile Sudáfrica, Australia y Nueva Zelanda, quienes fueron testigos de la riqueza en biodiversidad que posee nuestro país.
Me gustaría cerrar con un llamado para que, en estas negociaciones, la necesidad de mayor financiamiento y medios de implementación para los países en desarrollo particularmente vulnerables encuentren el debido entendimiento y receptividad entre las partes que cuentan con mayores recursos y corren con mayor responsabilidad histórica por el cambio climático.
Muchas gracias.