El Salvador es un país de alta actividad sísmica, y comprender estos fenómenos es clave para reducir riesgos. En este contexto, se realizó un nuevo encuentro virtual de “Hablemos Verde”, donde se abordó el origen y comportamiento de los sismos, así como la importancia del monitoreo continuo de la actividad tectónica en el territorio nacional.
Uno de los temas centrales fue la identificación de zonas sísmicas en El Salvador. La actividad sísmica está influenciada por la interacción entre la placa de Cocos y la placa del Caribe, lo que genera una zona de subducción. Esta dinámica provoca sismos de distinta magnitud, tanto a nivel local como regional. Se han identificado 12 zonas principales donde estos eventos son más frecuentes, aunque pueden ocurrir en cualquier punto del país.
Otro aspecto clave fue el análisis de enjambres y series sísmicas. Desde diciembre de 2024, El Salvador ha registrado un incremento en la actividad telúrica, con sismos que ocurren en patrones específicos. Los enjambres sísmicos, caracterizados por la ocurrencia de varios temblores de magnitudes similares en un mismo sector, están relacionados con fallas locales, zonas volcánicas o actividad geotérmica. Por otro lado, las series sísmicas incluyen un evento principal seguido de réplicas, lo que forma parte del reajuste tectónico.
Las temáticas fueron desarrolladas por especialistas del Observatorio de Amenazas, quienes explicaron cómo interpretar estos eventos y la importancia de la preparación ante emergencias sísmicas.
Estos fenómenos resaltan la importancia de estar informados y preparados ante cualquier eventualidad. La comprensión de los patrones sísmicos y la difusión de conocimientos científicos son herramientas clave para fortalecer la cultura de prevención y la respuesta ante emergencias en el país.
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