El lobo marino que atendimos en nuestra clínica veterinaria fue liberado este mediodía por nuestros técnicos y guardarrecursos mar adentro, en un área natural protegida del país.
El espécimen, hembra, juvenil, mostró una notable mejoría en su estado de salud, por lo que le realizamos exámenes de laboratorio que comprobaron su condición.
Al ingresar al agua, realizaba giros y se sumergía y salía nuevamente. Frotaba sus aletas en su cuerpo y, luego de varios minutos, nadó para alejarse.
Este lobo marino ingresó a nuestra clínica veterinaria como león marino, y mientras le brindamos atención, también consultamos con expertos nacionales e internacionales y se determinó que se trataba esta especie proveniente de las islas Galápagos.
El ejemplar medía 50 centímetros y pesaba 20.7 kilos. Tenía unas cicatrices que no eran recientes, muestra de su travesía por el mar.
Tras la alerta de nuestros guardarrecursos de que el espécimen tenía tres días de permanecer refugiado en una infraestructura abandonada sin comer, nuestro equipo técnico y veterinario se movilizó hacia la costa para evaluarlo y fue trasladado para su atención veterinaria.
Ahora ya podrá continuar su camino.
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