Recibimos a una pezote hembra, adulta, con un cuadro clínico complicado, que no permitió, a pesar de los esfuerzos, salvarle la vida. El espécimen permaneció durante años en cautiverio, en un lugar donde no tenía mucha movilidad y con una alimentación alta en carbohidratos a base de pan, tortilla y algunas frutas.
Este mamífero fue entregado en nuestra clínica veterinaria por personas particulares procedente de Tamanique, La Libertad. Llegó con un lipoma (tumor) subcutáneo pendulante en el área del abdomen, es decir una bola de grasa que colgaba de su panza, por lo que procedimos a retirarla.
Tras la exitosa cirugía, se retiraron los puntos y la pezote fue trasladada a un recinto de preliberación, donde estuvo en constante observación. Al principio mostró movilidad normal, pero una mañana estaba inmóvil, postrada, hipotérmica y mojada por el rocío. La trasladamos de inmediato a nuestra clínica veterinaria y logramos estabilizarla.
Le tomamos otros exámenes de laboratorio y determinamos el tratamiento a seguir para corregir los desbalances de electrolitos y metabolitos originados por la hipotermia. Luchando por su vida, al día siguiente estaba con mayor actividad, pero notamos que algo no andaba bien.
Una radiografía de columna confirmó nuestras sospechas y nos reveló la verdadera causa de su inmovilidad. El diagnóstico fue espondiloartrosis degenerativa vertebral muy avanzada, es decir que sus vertebras se le estaban pegando lo que le imposibilitaba el movimiento de sus patas traseras.
Esta enfermedad es de desarrollo crónico y no hay cura por lo avanzado de la misma. El tratamiento paliativo no tuvo efectos suficientes para que recuperara la movilidad ni contuviera el intenso dolor que ocasionaba.
Para este caso en particular, factores como el tiempo que permaneció en cautiverio y las condiciones del mismo son determinantes.
Quienes la entregaron, contaron que hace un año falleció la persona que la tenía como mascota desde hace más de cinco años y la pezote estaba en condiciones de abandono. La jaula en la que vivió no le permitió movilizarse con normalidad y causó lesiones en su columna.
Otros factores determinantes son la dieta alta en carbohidratos, que le causó sobrepeso y abundante tejido graso (tumor abdominal); además de su edad, que probablemente sea mayor a la que las personas que la entregaron manifestaron.
Seguramente esta pezote fue adquirida de manera ilegal desde que era una cría y permaneció en tan malas condiciones toda su vida, víctima del egoísmo de quienes la compraron o recibieron como mascota.
Estos casos resaltan la importancia de sensibilizar a la población a no maltratar, adquirir ni extraer de su hábitat estas especies. Como Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales (MARN) impulsamos la campaña para la protección de la vida silvestre denominada “Defensor de la vida silvestre”, donde incluimos, además de un llamado a la acción de denunciar, información sobre las especies silvestres para conocerlas y protegerlas mejor.
Sabías que…
• Los pezotes, al igual que todos los animales silvestres, no necesitan del ser humano para sobrevivir y pueden conseguir alimento en su medio natural
• Su nombre científico es Nasua narica y son depredadores omnívoros oportunistas, se alimentan de una variedad de presas, incluyendo frutos, insectos, arácnidos, caracoles y pequeños vertebrados como serpientes, ranas, pájaros, huevos y roedores.
• Estos especímenes tienen un rol ecológico importante dentro del ecosistema, participando en la dispersión y depredación de semillas actúan como control biológico de poblaciones de invertebrados y de roedores y ofidios, colaboran en la estructuración de la vegetación y también forma parte de la cadena trófica.