Realizamos monitoreo de peces y medición de caudales en ríos de todas las áreas naturales protegidas que tienen recurso hídrico superficial, para conocer la disponibilidad de agua y la biodiversidad del ecosistema acuático.
Esta es una metodología que no se había implementado antes desde el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales (MARN). Ahora, estamos capacitando a nuestro personal para desarrollarla y proteger el recurso hídrico de todo el país.
“Lo que buscamos es caracterizar tantos ríos como podamos, tantas especies como podamos y, de esa manera, estimar cuáles son los caudales ambientales en las corrientes de agua del territorio nacional”, explicó el especialista en planificación hídrica, de la Dirección de Seguridad Hídrica del MARN, Guillermo Cornejo.
A través del muestreo de peces se conocen las características del agua que ellos prefieren y, con esta información, se determina cuál es el caudal ambiental. “De esta manera, podemos inferir qué le sucede al ecosistema acuático o al mismo río si le extraemos agua. Vamos a poder determinar de qué manera la comunidad de peces se va a ver afectada a través de esa extracción”, detalló.
Según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), el caudal ambiental es el régimen hídrico (variación del caudal) que se da en un río, humedal o zona costera para mantener ecosistemas y sus beneficios donde existen usos del agua que compiten entre sí y donde los caudales se regulan.
Para la medición de caudal se utiliza un correntómetro, que permite medir la velocidad del agua a través de una sección transversal en el río. Este instrumento es sumergido a distintas profundidades y en diferentes puntos del ancho de varias secciones transversales. Al final, se obtiene un mapa de las velocidades y la profundidad del agua y con eso es posible estimar cuánta agua está transportando el río en este tramo.
Estas mediciones son necesarias hacerlas durante el momento en que se está desarrollando el muestreo de peces, porque así conocemos bajo qué condiciones hidráulicas están las especies, cuál era la velocidad del agua, la profundidad, el sustrato en los tramos donde se encontraron, entre otra información. Además, permiten conocer cómo nuestros ecosistemas acuáticos están cambiando en el tiempo.
“Recordemos que hay un componente bastante fuerte de cambio climático en la región centroamericana y esto implica caudales máximos, cada vez más altos; caudales de sequía, cada vez más prolongados; lo que cambia el régimen fluvial de los ríos. Entonces, esto consecuentemente va a cambiar también el ecosistema acuático”, señaló el especialista.
Se conmemora el primer sábado de octubre para reafirmar el compromiso permanente de los socios de esta iniciativa, que fue impulsada por la Organización Panamericana de la Salud (OPS), la Asociación Interamericana de Ingeniería Sanitaria (AIDIS) y la Asociación Caribeña de Agua y Aguas Residuales (CWWA).
Posteriormente se sumaron la Organización de los Estados Americanos (OEA), la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) y la Oficina Regional para América Latina y el Caribe del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA).
El lema de este 2021 es “agua segura para una vida sana”, debido a la urgente necesidad de sensibilizar y educar a los habitantes de América y el Caribe, sobre lo valioso e importante que es este recurso para asegurar la salud y desarrollo de todos sus ciudadanos.
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